Un sistema de alarma es un elemento de seguridad pasiva. Esto significa que no evitan una intrusión, pero sí son capaces de advertir de ella, cumpliendo así una función disuasoria frente a posibles intrusos. Son capaces, además, de reducir el tiempo de ejecución de la intrusión, reduciendo así las pérdidas.
Funcionamiento de un Sistema de Alarma: la función principal de un sistema de alarma es advertir el allanamiento en una vivienda o inmueble. Los sistemas pueden estar conectados con una Central Receptora de Alarmas (C.R.A.), con el mismo cliente a través de teléfonos o simplemente cumplir la función disuasoria activando una sirena exterior.
Tanto para la comunicación con una C.R.A. como para la comunicación a teléfonos propios del cliente, se necesita de un medio de comunicación como las líneas telefónicas convencionales RTB o móviles GSM, o mediante transmisión de datos TCP-IP que utiliza una conexión de banda ancha ADSL o móvil GPRS/3G.
Partes 'básicas' de un Sistema de Alarma- Central procesadora: es la CPU del sistema. En ella se albergan la placa base, la fuente y la memoria central. Es la que recibe las diferentes señales de los diferentes sensores y actúa en consecuencia, disparando la alarma, comunicándose con la C.R.A., etc. Se alimenta a través de corriente alterna y de una batería de respaldo, que en caso de corte de la energía le proporcionaría una autonomía al sistema de entre 12 horas y 3 días, dependiendo de la capacidad de la batería.
- Teclado: es el elemento más común y fácil de identificar en una alarma. Se trata de un teclado numérico o alfanumérico cuya función principal es la de armar y desarmar el sistema a los usuarios autorizados. Además, puede tener botones de funciones como: Emergencia Médica, Intrusión, Fuego, etc. Por otro lado, el teclado es el medio más común mediante el cual se configura el sistema.
- Sirena exterior: es el elemento más visible desde el exterior del inmueble protegido. Puede tener autonomía propia, funcionando aún si se le corta la corriente alterna o si pierde la comunicación con la central. Además suelen disparar diferentes sistemas luminosos junto con la disuasión sonora.
- Detectores de movimiento (PIR): son sensores que detectan cambios de temperatura y movimiento. Si estos sensores detectan movimiento estando el sistema conectado, dispararán la alarma. Existen detectores regulados para no detectar mascotas, tales como perros y gatos.
- Detectores magnéticos: se trata de un sensor que forma un circuito cerrado por un iman y un contacto que al separarse, cambia el estado provocando un salto de alarma. Se utiliza en puertas y ventanas, colocando una parte del sensor en el marco y otra en la puerta o ventana misma.
- Sensores inerciales o sismicos: están preparados para detectar golpes sobre una base. Se colocan especialmente en cajas fuertes, también en puertas, paredes y ventanas. Detectan el intento de forzar su apertura.
- Detectores de rotura de cristales: son detectores microfónicos, activados al detectar la frecuencia aguda del sonido de una rotura de cristal.